La zona de confort está definida por el mínimo esfuerzo de los mecanismos termorreguladores de nuestro organismo. Esta va desde 20ºC a 26ºC y en un entorno del 50% de humedad.
Hablamos de una "zona", según el siguiente gráfico:
Sin considerar condiciones especiales del metabolismo, hormonales o de dietas. |
Los mecanismos termorreguladores son los que nos hacen tiritar de frío o sudar frente al calor. Teniendo en cuenta que la sudoración es mayor (en contenido líquido de la superficie del cuerpo y ropas) cuanto más humedad hay en el aire (porque físicamente se dificulta la evaporación). Lo contrario a todo esto es: el bienestar. Alguien podría comentar que 26ºC en verano le parece una temperatura muy elevada, sin embargo, con la humedad que el equipo de aire acondicionado es capaz de retirar del ambiente (y expulsar en forma de agua por condensación), se obtiene una sensación de bienestar que además evita un salto térmico más grande con la temperatura externa. Lo mismo para el invierno, entre 20 a 23 grados centígrados sería lo recomendable. Esto es así, entre otras cosas, porque en invierno suelen usarse ropas más abrigadas que en los meses cálidos. Entonces, ese rango se dividiría de la siguiente manera: de 20ºC hasta 23ºC para los meses más fríos y desde 23ºC hasta los 26ºC para los meses de verano. Lo mejor es evitar saltos térmicos de más de 10ºC. Ejemplificando: no es bueno llegar de la calle un día de verano, supongamos mes de Enero a 40ºC y entrar en un recinto que está a 16ºC. Como tampoco es saludable estar en invierno en una habitación a 30ºC y luego tener que salir y que en el exterior haya 6ºC. En cierto sentido, podemos afirmar que la economía se da la mano con el cuidado de nuestra salud; ya que, cuanto menor sea la diferencia de temperatura entre los ambientes en los que nos movemos, también trabajarán menos los equipos... Para ampliar sobre el tema: http://manuelservice.blogspot.com/2013/06/cuanto-gasta-un-electrodomestico.html |
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